1.
En la construcción de la nación
durante el siglo XIX, se sucedieron varios proyectos políticos con distinta
ideología. Resalta los aspectos específicos (político, económico y social) de
cada uno de ellos desde el Imperio de Iturbide hasta la dictadura de Porfirio
Díaz.
El siglo XIX es una etapa de
cambios, ya que se ve el enfrentamiento entre dos características muy
importantes donde uno estaba regido por el gobierno, y otro por lo religioso, en
lo cual la economía tiene dos revoluciones industriales, que tuvo origen en
gran Bretaña, la primera en entre 1750 y 1840 y la segunda en 1880 y 914. Especialmente
en Inglaterra se realizaron unas transformaciones, la primera fue la aplicación
de la ciencia y tecnología, ya que con eso ayudaría al fomento de la producción;
el uso de nuevas fuentes energéticas como el carbón y el vapor, la llegada del
ferrocarril y el barco de vapor con la revolución del transporte, bueno en la
primera revolución industrial la mayoría de las fabricas se dedicaba a la
industria del textil y tenía un capitalismo concurrencial e individualista. Entre los años 1830 y 1840 la economía tuvo
crisis capitalista y tuvo una fuerte caída del crecimiento económico, los que
resultaron más perjudicados fueron los obreros ya que a consecuencia de esta
crisis muchas fabricas cerraron y esto origino protesta y rebelión. En la
segunda revolución se define como la incorporación del desarrollo de la
sociedad que decide integrarse a una sociedad de masa y es desarrollado un
nuevo colonialismo, el 1870 tienen un capitalismo de concentración, es
caracterizada por una estabilidad monetaria. En política las ideas pasadas
ayudarían para formar la revolución burguesa que constaba originado por las
escuelas del materialismo histórico o marxismo.
El enfrentamiento entre estos dos grupos se prolongó toda la primera
mitad del siglo XIX, lo interesante es que las dos opciones de gobierno - que a
distancia fueron cuatro: monarquía nacional, monarquía con príncipe europeo,
república centralista y república federalista se ensayaron en México, dentro de
un ambiente de guerra, por supuesto. En Europa el
siglo XIX se caracterizó por el nacimiento de las democracias censitarias y el ocaso de las monarquías absolutas. La
Revolución francesa y la posterior era napoleónica ayudarían a expandir las
ideas republicanas y liberales.
Los monarcas, en el caso de sobrevivir, se convertirían en déspotas ilustrados que actuaban permisivamente
con la clase
dominante. Surgiría la idea de izquierda y derecha a partir de la Revolución
francesa. Los políticos se identificarían en Jean Paul Marat y Maximilien Robespierre, o en el Conde de Mirabeau y el Marqués de La Fayette. El transitorio
ocaso de las revoluciones en pro de la restauración de las monarquías solo
lograría potenciarlas en oleadas revolucionarias más radicales como
las de 1848, hasta el desarrollo de las ideologías sociales y
el movimiento obrero, que culminaría en el
triunfo de la revolución rusa de 1917.
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